Hace unos 3 o 4 años mi amigo Alejandro Corona se mudó a su nueva casa y organizó una fiesta de inauguración. Recuerdo que estaba en el supermercado (quizá en HEB) comprando cervezas y comida para la fiesta y tal vez acababa de pasar el día de San Valentín entonces los artículos con ese motivo se encontraban en promoción. Se me ocurrió entonces buscarle a Alejandro un regalo por su nueva casa que fuera altamente inapropiado, inútil, quizá grotesco, poco ortodoxo, pero sobre todo divertido. Fue cuando encontré un abominable Mono Rosado de peluche y decidí que era el regalo perfecto.
La verdad no recuerdo muy bien como ocurrieron los hechos pues esto sucedió hace varios años y tengo pésima memoria, pero lo cierto es que según Alejandro, cuando le entregué el regalo le dije que solo podía regalar el mono a alguien que tuviera una fiesta de inauguración en su casa. Pues 3 o 4 años después, Alejandro me regala el mono de regreso en la fiesta de inauguración de mi casa y me da la sorpresa más divertida de la velada!
Creo que el karma si existe y la cara de venganza de Alejandro en el momento en que me está regalando el Mono Rosado no tiene precio…
Touché Alejandro Corona… Touché!